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Animación Japonesa III: Los años 70 y 80

Animación Japonesa III: Los años 70 y 80 Durante los años 70 y 80 continuó la adaptación de mangas a series de televisión, como Mazinger Z (1972), Candy, Candy (1976) y Doraemon (1979), una serie que todavía sigue emitiéndose en la TV Asahi la tarde de los viernes. También durante esta época fueron adaptados al anime cuentos y novelas de las literaturas japonesa y occidental, como Arupusu no shöjo Haiji (Heidi), de 1974, Haha wo tazunete sanzenri (Marco), de 1976, Tomu Söyâ no böken (Tom Sawyer), de 1980 y Meitantei Hömuzu (Sherlock Holmes), de 1984.

Cuando alguna serie de anime (basada en manga o no) se convertía en éxito, la versión en largometraje se hacía inevitable.Uno de los mejores ejemplos de este método japonés de "reciclar" ideas en diversos medios es Uchü Senkan Yamato (Acorazado estelar Yamato), un clásico de las series de anime de Leiji Matsumoto que fue convertido en película en 1977 (una especie de versión resumida de todos los capítulos de la serie) con un gran éxito de público, al que siguieron otras obras de Matsumoto, como Ginga Tetsudö 999 (Galaxy Express 999) en 1979. La saga de Kidö Senshi Gundam (Mobile Suit Gundam), de 1979, además de ser pionera en la introducción de elementos psicológicos en las series de robots gigantes (innovación desarrollada en Chöjikü yösai Makurosu (Macross o Robotech) y que llegaría a su máximo exponente en Shin Seiki Evangelion), tiene una nutrida adaptación a películas.

1988 supone un hito en la animación japonesa con la película Akira, de Katsuhiro Ötomo, basada en el manga del mismo nombre y que, junto con Kaze no tani no Naushika (Nausicaä del Valle del Viento), de Hayao Miyazaki, contribuiría a hacer aún más conocida la animación japonesa en Occidente, además de generar más polémica sobre los contenidos violentos de algunas series de animación. Si bien esto es cierto, no es la tónica general. A diferencia de lo que ocurre en Occidente, donde la animación se suele asociar al público infantil, en Japón la animación también está orientada a adultos, con unos contenidos milimetrados según el público al que se dirigen. En general, en Japón, el anime se emite en tres franjas horarias bien diferencidas: matinal, con contenidos dirigidos al público infantil; tarde, con anime más enfocado al público juvenil, y media noche, la franja horaria dedicada a la animación para adultos. El origen de toda está polémica y de la ecuación anime=sexo y violecia, bien puede deberse a la concepción occidental de animación=película Disney=público infantil, que por lo visto está muy presente en los programadores de televisión.

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