El Go - Primera Parte
El Go es único
La historia del Go se remonta unos 3.000 años y sus reglas han permanecido prácticamente inmutables a lo largo de todo este tiempo. El juego es probablemente originario de China o del Himalaya. Hay una leyenda según la cual el destino del Tibet se decidió una vez sobre un tablero de Go, cuando el gobernador budista, para evitar la batalla y el derramamiento de sangre retó a sus agresores a una partida de Go.
En el lejano Oriente, de donde es originario, el Go goza hoy día de una gran popularidad y en Europa y América el interes por el juego aumenta continuamente.
Como el Ajedrez, el Go es un juego de estrategia (ha sido descrito como cuatro partidas simultaneas de ajedrez sobre el mismo tablero), si bien difiere de este en muchos aspectos. Las reglas del Go son muy sencillas y, a pesar de que como en el Ajedrez, los jugadores enfrentan sus respectivas capacidades analíticas, en el Go la intuición juega un papel mucho más importante.
El Go es un juego de territorio. El tablero, marcado con una retícula de 19 x 19 líneas puede ser considerado como un territorio que tendran que compartir / disputar los dos jugadores. Un jugador dispone de un número suficiente de piezas blancas, llamadas "piedras", y el otro de piedras negras. El juego empieza con el tablero vacío y los jugadores, por turno, van colocando sus piedras, una cada vez, sobre los puntos libres. Negro juega primero y las piedras se colocan en las intersecciones de las líneas, no en los cuadrados. Una vez puesta una piedra, esta no se mueve. No obstante, las piedras pueden ser rodeadas y por tanto capturadas, en cuyo caso son retiradas del tablero como prisioneras.
Los jugadores normalmente inician la partida marcando las zonas del tablero que pretenden convertir en su territorio. Durante el desarrollo, las luchas entre grupos de piedras enemigas confieren gran dramatismo al juego puesto que el resultado de estas batallas suele reflejarse en enormes intercambios de territorio. Al final de la partida cada jugador cuenta un punto por cada intersección libre que tenga en su territorio, mas un punto por cada piedra capturada. El jugador que sume mas puntos es el ganador.
Capturar piedras es por supuesto una forma de hacer territorio, pero una de las sutilezas del Go es que la agresión no siempre es rentable. Las posibilidades estratégicas y tácticas son infinitas, y el juego siempre representa un reto y una diversión para jugadores de cualquier nivel. La personalidades de los jugadores se muestran muy claramente sobre el tablero de Go. El juego refleja las capacidades de los jugadores a la hora de equilibrar ataque y defensa, de hacer trabajar a las piedras de manera eficiente, de conservar la flexibilidad al responder a suituaciones cambiantes, la elección del momento oportuno, el análisis exaustivo de una posición y reconocimiento de las fortalezas y debilidades del enemigo. En definitiva, el Go es un juego que jamás se queda pequeño.
La historia del Go se remonta unos 3.000 años y sus reglas han permanecido prácticamente inmutables a lo largo de todo este tiempo. El juego es probablemente originario de China o del Himalaya. Hay una leyenda según la cual el destino del Tibet se decidió una vez sobre un tablero de Go, cuando el gobernador budista, para evitar la batalla y el derramamiento de sangre retó a sus agresores a una partida de Go.
En el lejano Oriente, de donde es originario, el Go goza hoy día de una gran popularidad y en Europa y América el interes por el juego aumenta continuamente.
Como el Ajedrez, el Go es un juego de estrategia (ha sido descrito como cuatro partidas simultaneas de ajedrez sobre el mismo tablero), si bien difiere de este en muchos aspectos. Las reglas del Go son muy sencillas y, a pesar de que como en el Ajedrez, los jugadores enfrentan sus respectivas capacidades analíticas, en el Go la intuición juega un papel mucho más importante.
El Go es un juego de territorio. El tablero, marcado con una retícula de 19 x 19 líneas puede ser considerado como un territorio que tendran que compartir / disputar los dos jugadores. Un jugador dispone de un número suficiente de piezas blancas, llamadas "piedras", y el otro de piedras negras. El juego empieza con el tablero vacío y los jugadores, por turno, van colocando sus piedras, una cada vez, sobre los puntos libres. Negro juega primero y las piedras se colocan en las intersecciones de las líneas, no en los cuadrados. Una vez puesta una piedra, esta no se mueve. No obstante, las piedras pueden ser rodeadas y por tanto capturadas, en cuyo caso son retiradas del tablero como prisioneras.
Los jugadores normalmente inician la partida marcando las zonas del tablero que pretenden convertir en su territorio. Durante el desarrollo, las luchas entre grupos de piedras enemigas confieren gran dramatismo al juego puesto que el resultado de estas batallas suele reflejarse en enormes intercambios de territorio. Al final de la partida cada jugador cuenta un punto por cada intersección libre que tenga en su territorio, mas un punto por cada piedra capturada. El jugador que sume mas puntos es el ganador.
Capturar piedras es por supuesto una forma de hacer territorio, pero una de las sutilezas del Go es que la agresión no siempre es rentable. Las posibilidades estratégicas y tácticas son infinitas, y el juego siempre representa un reto y una diversión para jugadores de cualquier nivel. La personalidades de los jugadores se muestran muy claramente sobre el tablero de Go. El juego refleja las capacidades de los jugadores a la hora de equilibrar ataque y defensa, de hacer trabajar a las piedras de manera eficiente, de conservar la flexibilidad al responder a suituaciones cambiantes, la elección del momento oportuno, el análisis exaustivo de una posición y reconocimiento de las fortalezas y debilidades del enemigo. En definitiva, el Go es un juego que jamás se queda pequeño.
1 comentario
Verónica -
recuerdo q tenemos una partida pendiente al go! es la revancha! la partida final se acerca. ;D
un petonet
qlk